Después de más de una década, mejoran los caudales del río Negro

Desde 2007 se mantienen los mismos valores, muy por debajo del máximo caudal histórico. A mitad de semana, el aumento del caudal alcanzó el pico de 1300 metros cúbicos por segundo, incrementándose hasta 1400 metros cúbicos por segundo.

Después de 10 años de mantener cursos hidrológicos excesivamente bajos, el río Negro aumenta considerablemente su caudal, para responder a las exigencias de la Secretaría de Energía de la Nación y hacer frente a la ola de frío que se avecina para la zona y el país.

El aumento de este caudal es en coincidencia con la misma acción que se efectiviza con el curso del río Neuquén, que desemboca en la confluencia con el Negro y alimenta a éste en su nacimiento.

Desde el año 2007 se mantienen los mismos valores, muy por debajo del máximo caudal histórico, por el cual hace años se marcaron las líneas de ribera que separan los sectores públicos de los privados.

Hacía más de una década que el Negro no aumentaba paulatinamente los caudales, teniendo en los últimos 10 años periodos de cursos secos a ultra secos. La demanda energética generó la intervención del Ministerio de Energía, para requerir a la AIC que libere mayor caudal. De todas formas, se estima que en el curso del Negro no se generarán los gravísimos inconvenientes que sí se observan en el Neuquén
Este bajo nivel traía aparejado serios inconvenientes, como la imposibilidad de regar los sectores productivos, de poder captar agua cruda apta para el proceso de potabilización, y de limpiar el vertido de elementos contaminantes.

Sin embargo, este aumento regirá por poco tiempo, y se estima que a partir de la semana que viene, después de varios días de mantener un registro máximo, comenzará a descender para retomar a la normalidad establecida en la última década.

Hasta 1700 metros cúbicos por segundo

Hacía más de una década que el Negro no aumentaba paulatinamente los caudales, teniendo en los últimos 10 años periodos de cursos secos hasta ultra secos.

Desde esta semana, se está erogando un caudal mayor al normal del río, mucho mayor al que se tenía acostumbrado.

Desde el año 2007, se mantenían los ciclos hidrológicos secos y ultrasecos.

La decisión está enmarcada en la actual estación del año y los fríos venideros.

Es la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas la encargada de controlar las acciones, entidad que informó que en los embalses, los niveles están dentro de la franja de operación normal.

La demanda energética generó la intervención del Ministerio de Energía, para requerir a la AIC que libere mayor caudal.

A mitad de semana, el aumento del caudal alcanzó el pico de 1300 metros por segundo, incrementandose hasta 1400 metros por segundo ayer.

Se pretende mantener este nivel hasta el lunes o el martes, y desde entonces, comenzará a bajar paulatinamente hasta volver al novel de estos últimos años.

Esta situación obliga a que tanto la AIC como los municipios ribereños, tengan un constante chequeo de las zonas inundables.

El bajo nivel de las aguas traía aparejado serios inconvenientes, como la imposibilidad de regar los sectores productivos, de poder captar agua cruda apta para el proceso de potabilización, y de limpiar el vertido de elementos contaminantes.
Los muchos años que han pasado sin registrarse crecidas considerables, hicieron que las poblaciones avancen en lugares bajos, observándose inconvenientes en situaciones como las planteadas ahora.

De todas formas, se estima que en el curso del río Negro no se generarán los gravísimos inconvenientes que si se observan en el río Neuquén, donde varias familias ya fuera evacuadas y otras abandonaron sus propiedades por sus propios medios.

Aspectos
El aumento natural de los caudales responde al aprovechamiento que hacen las represas con el inicio de los deshielos en la cordillera.

El caudal medio del río se calcula en 1.015 milímetros cúbicos por segundo.

Este mismo caudal se encuentra regulado por las represas construidas en los ríos Limay y Neuquén y es repartido entre los diversos canales de regadío presentes que aprovechan poco más de 150 metros cúbicos por segundo.

A la altura de la localidad de Viedma, en tiempos normales, sigue pasando una media de 900 metros cúbicos por segundo que desembocan en el mar, variando temporariamente en menos o en más por la regulación humana de las represas conforme la demanda energética nacional y la influencia del ciclo hídrico natural del torrente.

Allí radicaba la problemática actual, por el bajo nivel de caudal que traía consigo el río Negro.

La sobredemanda de energía hace que las represas requieran el embalsamiento de las aguas, para disponer de potencia energética precisamente en tiempos de mayor uso, que se calculan que ocurren en los picos de las estaciones de verano y de invierno.

Pero a la intervención humana según la necesidad del momento, debe agregarse la cuestión climática, ya que la falta de lluvias en zonas cordilleranas disminuye el de por sí escaso caudal, que a su vez va a parar a las represas.

El caudal del río Negro se encuentra regulado por las represas construidas en los ríos Limay y Neuquén y es repartido entre los diversos canales de regadío presentes que aprovechan poco más de 150 metros cúbicos por segundo
Planteada la situación, hasta este momento particular la crisis respondía al bajo caudal, observándose marcas históricas en lo que hace a su nivel de agua, obligando a las autoridades a intervenir para no derivar problemas, como por ejemplo la calidad del riego y la imposibilidad de eliminar efluentes contaminados por las desembocadura al mar.

Otra particularidad del río Negro consiste en reiterar las dos crecientes y bajantes diarias de las mareas del Océano Atlántico hasta casi 60 Kilómetros aguas arriba, en inmediaciones del fuerte San Javier, porque hasta allí hay cotas o niveles parejos, propio de un curso inferior.

 

Los problemas del caudal, cuando es bajo

El bajo caudal desnuda aspectos del lecho del río nunca antes visto; y las consecuencias adversas impactan en el uso recreativo que los vecinos de la Comarca le dan a sus aguas en temporada de verano, además de la navegación.

A esto, las constantes quejas de diversos sectores de la comunidad por el creciente nivel de contaminación.

Además de los vertidos industriales, en Viedma se presenta una problemática con el tratamiento de los efluentes cloacales, ya que la planta está al límite de su capacidad y en más de una oportunidad se tuvo que verter directamente al río, sin tratamiento purificador previo.

Una situación similar ocurre en la otra margen del río, en la vecina Carmen de Patagones.

 

 

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