YPF hizo público mecanismo de compensaciones a Mapuches

Por primera vez en su larga historia en territorio neuquino, YPF acusó a miembros de comunidades mapuches de perseguir “intereses que no responden ni a los de la comunidad ni a la defensa del medio ambiente

Por primera vez en su larga historia en territorio neuquino, YPF acusó a miembros de comunidades mapuches de perseguir “intereses que no responden ni a los de la comunidad ni a la defensa del medio ambiente”, en referencia a pagos por fuera de todas las compensaciones habituales que habrían exigido las comunidades Kaxipayiñ y Campo Maripe.

El día antes de esta comunicación oficial, representantes del pueblo ancestral dieron una conferencia de prensa en las puertas de la sede que la compañía tiene en la calle Talero de Neuquén Capital. Allí anunciaron la presentación de recursos judiciales en demanda de reparaciones ambientales.

Sin embargo, lejos de enfocar su respuesta en cuestiones vinculadas a eventuales situaciones de contaminación, anunció la paralización de 2 equipos que operaban en el yacimiento Loma la Lata, y dejó trascender que suspendía un plan de recuperación de gas que requería la labor de otros 14 trépanos (según informó hoy el diario Río Negro), en un área sensibilizada por la caída de los puestos de trabajo y en medio de una negociación salarial del sindicato.

Para la empresa, los mapuches de la zona hacen acusaciones vinculadas a temas ambientales y al mismo tiempo aceptan compensaciones económicas. En un parte de prensa oficial, YPF destacó que a pesar de los intentos de implementar los planes de remediación, “hasta la fecha no se han podido ejecutar todas las acciones necesarias y planificadas por la oposición de algunos líderes de la comunidad Kaxipayiñ, que persiguen intereses que no responden ni a los de la comunidad ni a la defensa del medio ambiente. Esta negativa quedó documentada reiteradas veces a través de las notas que la compañía elevó a las autoridades correspondientes”.

Se considera desde la empresa que “son los mismos referentes de las comunidades Kaxipayiñ y Campo Maripe quienes han abandonado el diálogo, y los acuerdos de paz social vigentes, al impedir las actividades de caracterización y saneamiento de situaciones ambientales en Loma la Lata y obstruir el normal desenvolvimiento de las operaciones de la empresa en la provincia de Neuquén”.

Con respecto a la cuestión medioambiental, “YPF ha denunciado todas las situaciones ambientales ante la autoridad competente y presentado planes de trabajo específicos, cuya ejecución en ciertos casos está siendo impedida por las comunidades”.

En cuanto a la operación, se confirmó que la petrolera “tuvo que retirar los equipos que tenía en Loma la Lata por el bloqueo de estos dirigentes de la comunidad, que reclaman compensaciones carentes de todo sustento para destrabar la situación”.

En los yacimientos hay una larga seria de reglamentaciones y reconocimiento de derechos, vinculados a la servidumbre de paso, indisponiblidad de la tierra, todo con sus compensaciones. Lo que YPF ha dejado trascender que existen compensaciones por fuera de lo reglado en pos de lo que en el ambiente petrolero se denomina “paz social”. Según el periodista especializado Federico Aríngoli en su nota de hoy en el periódico de Roca, la tasa “usual” rondaría 1.400.000 pesos, pero en esta oportunidad la demanda mapuche se habría triplicado.

También se hizo una advertencia sobre el yacimiento Loma Campana, el primer desarrollo comercial sobre el yacimiento Vaca Muerta (la mayoría aún son experiencias piloto), porque se denunció que “referentes de la comunidad Campo Maripe impiden la construcción de obras necesarias para la operación”. No solo eso, sino que además, YPF financió obras de regadío, emparejamiento de suelos y plantación de unas 60 hectáreas de alfalfa para que la comunidad pudiera sustentar la cria de sus animales, pero ahora también se denuncia que “han abandonado el cuidado del emprendimiento productivo que YPF y la provincia construyeron para sus familias”.

YPF aprovechó el momento de hacer su descargo, para recordar que la empresa “cuenta para el relacionamiento con estas comunidades con un equipo de profesionales que trabajan en el terreno” y que en conjunto han acordado varias iniciativas, como el apoyo a la escuela de adultos, el transporte escolar, la obra social para personas mayores y sin trabajo, la instalación de electricidad en casas de familia, la readecuación del sistema de provisión de gas con instalación de zepelines, calefactores y termotanques y la construcción de un espacio recreativo”.

Y además aseguraron que se brindaron “compensaciones especiales vinculadas con la operación e implementadas de común acuerdo, así como puestos de empleo en la actividad hidrocarburífera y contratación de empresas de servicios de integrantes de la comunidad”.

Gabriel Cherqui, vocero de los Kaximaiñ, negó de plano tener una empresa de servicios petroleros, y en declaraciones a la prensa negó la exigencia de pagos extraordinarios: “Jamás se habló de una negociación económica. Las compensaciones son por servidumbre y están establecidas por ley. No entendemos lo que dice YPF cuando habla de negociaciones millonarias. No hay números. El medio ambiente y la salud no se negocia”. Y agregó: “Sólo necesitamos saber y tener la garantía que no se va envenenar”.

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