Una chica trans tendrá su primer trabajo registrado en una clínica neuquina

Amira, de 27 años, es una chica trans que vivía una situación preocupante en el tema económico. En enero, sin conocerla y en busca de una salida, se contacta con la Hermana Mónica Astorga y le pidió hablar. En un acto de sinceramiento le señaló que “no podía más con la vida que llevaba y quería dejar la calle”.

A pesar del apremió económico, comenzó a estudiar y a dedicarse a vender ropa en la calle que traía de Buenos Aires hasta las calles neuquinas.
Con lo producido por las ventas no le alcanzaba para tener una vida digna y principalmente como poder sostener un alquiler, fundamentalmente por los altos costos que tienen las viviendas en alquiler.
Hace poco más de una semana la Hermana Mónica se contacta con Teresa Peláez, propietaria de la Clínica Peláez, y le comenta la situación con el fin de poder conseguir algo para Amira. En forma inmediata, Peláez, le solicita el Curriculum Vitae y por unos días realiza una prueba laboral.
Le ofrecieron el trabajo de administrativa, pero la propia Amira comentó que “no se sentía capacitada”
La segunda opción fue de maestranza, labor en la que aceptó y, como señaló la hermana Mónica, “estaba feliz”.