A 71 años de la muerte de Don Zatti

Don Zatti falleció en una mañana gris, el 15 de marzo de 1951, y desde entonces, su figura se agigantó.

Cientos de testimonios que lo pintaron de cuerpo entero, sirvieron para que su legado sea eterno, y que hoy forme parte de los beatos del mundo.

De todas formas, más allá de protocolos y títulos, Zatti es considerado un santo en la devoción popular de la capital rionegrina: el hospital público lleva su nombre, una de sus principales avenidas también y un colegio católico fue bautizado con su identidad, como así también un populoso barrio.

Artémides Zatti nació en Boretto, Italia, en 1880 y en una familia granjera. A los nueve años ya trabajaba para ayudar en casa. Obligados por la pobreza, los Zatti emigraron a Argentina para iniciar una nueva vida.

De pequeño empezó a frecuentar una parroquia salesiana y nació su inquietud de ingresar a la Congregación fundada por San Juan Bosco. Más adelante fue aceptado como aspirante salesiano y al cumplir veinte años se integró a la Comunidad en Bernal.

Como salesiano coadjutor, se le confió el cuidado de un joven sacerdote enfermo de tuberculosis y contrajo la enfermedad. Estando en el hospital de la misión salesiana en Viedma, prometió a la Virgen María Auxiliadora que si se curaba, dedicaría su vida al cuidado de los enfermos. Sus plegarias fueron escuchadas. Y empezó su servicio.

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