Los planes de Shell para avanzar con su desarrollo a gran escala en Vaca Muerta

A mediados de año llegará un segundo equipo de perforación y comenzará la construcción de una nueva planta de producción.

Luego de haber anunciado en diciembre el pase a desarrollo masivo en los bloques de Sierras Blancas, Cruz de Lorena y Coirón Amargo Sur Oeste, Shell se consolida en Vaca Muerta. Ya produce unos 5000 bped en siete locaciones con 18 pozos.

A mediados de año llegará un segundo equipo de perforación y comenzará la construcción de una nueva planta de producción.
Luego de la EPF (Early Production Facility) de 12.000 bped puesta en funcionamiento en diciembre de 2016, a mediados de año comenzará la construcción de una Central Processing Facility (CPF) de 30.000 bped de capacidad, que estará operativa
en 2021.
“Es uno de los hitos más importantes en la trayectoria de más de 100 años de Shell en el país y refleja el compromiso y la confianza que tenemos en el desarrollo de Vaca Muerta, la provincia del Neuquén y la Argentina”, dijo Sean Rooney, presidente de Shell Argentina.
En la empresa remarcan que se decidió apostar fuerte en Vaca Muerta porque los pozos operados hasta el momento arrojaron resultados extraordinarios. “Son comparables exitosamente con otras áreas de no convencionales a nivel
global”, destacaron.
Los costos de perforación y terminación de pozos se redujeron a la mitad desde el comienzo de sus operaciones, a través de la mejora de procesos y el despliegue de aprendizajes y de innovación tecnológica implementada por la compañía en formaciones similares en América del Norte. “Un ejemplo de esto se da durante la etapa de perforación con la integración en tiempo real a través de geonavegación de nuestros equipos en Neuquén con geofísicos en Canadá que tienen experiencia en formaciones similares a Vaca Muerta”, subrayaron a EconoJournal fuentes de la firma.
Entre los hitos que destaca Shell, sobresale la terminación del pozo CASO-4 en el bloque de Coirón Amargo Sur Oeste. El pozo tiene una longitud de 2.000 metros y cuenta con 34 etapas de fractura. “Al igual que en CASO-2, perforado en 2018,
el nuevo pozo se basa en el diseño de fracking RCD 4.0, a través del cual la firma reducir los espacios entre las etapas de fractura de 75 a 60 metros y realizar un incremento de la intensidad de apuntalante, de 2.000 a 2.300 libras/pie (lb/ft), lo que redunda en mayor productividad y más producción.
“Este pozo es un ejemplo de cómo estamos mejorando significativamente la eficiencia de nuestras operaciones, que es una de nuestras prioridades. Queremos producir más, pero también mejor”, declaró Rooney. “Por sus características
y por las implicancias que tendrá para nuestras operaciones en la cuenca, es un caso de éxito rotundo para la Compañía”, concluyó.

econojournal

Puede que también te guste...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.